Cultivar cannabis se trata de producir grandes cogollos aromáticos, pero al final de la cosecha, nos queda mucho más que eso: tallos, hojas, suelo y raíces. En gran parte, estos materiales terminan en el basurero o en el programa de compostaje de tu ciudad, pero ¿qué sucedería si pudieras utilizar estos materiales para reducir costos y mejorar tu próxima cosecha, a parte de ser más respetuoso con el medio ambiente?
La Marihuana crece en un ciclo continuo de intercambio de nutrientes. Todos los nutrientes extraídos de la tierra, además del agua y el CO2, simplemente se mueven del suelo a la planta. Una forma de reducir el gasto en el crecimiento y el desperdicio es buscar formas en las que puedas usar las partes de la planta, que son muy ricas en nutrientes y que normalmente se desechan.
Entonces, ¿cómo puedes utilizar tallos viejos, hojas, raíces y suelo?
Hojas: Mantequilla, Té y Hash
Las hojas de marihuana, al igual que los tallos, son excelentes para el compostaje, pero también pueden usarse para otros proyectos.
Hay dos tipos principales de hojas de cannabis: las hojas de abanico y las hojas de azúcar o hojas con tricomas. Las hojas de abanico son las hojas grandes e icónicas que sirven como fuente principal para capturar la energía del sol. Las hojas de azúcar son las pequeñas hojas recubiertas de resina que se forman alrededor de los brotes.
Debido a que las hojas de abanico no contienen altos niveles de cannabinoides, no tienen un propósito cuando se trata de hacer hachís. Sin embargo, se está volviendo popular usar las hojas de abanico para preparar té o zumos como se hace con otras verduras de hoja común.
Si quieres aprender a preparar un té de Cannabis visita: “Receta té de Marihuana”.
Las hojas de azúcar, por otro lado, producen una gruesa capa de tricomas llenos de cannabinoides. Para aprovecharlos recomendamos hacer mantequilla de mantequilla.
Tallos: mantillo para tu jardín
Las plantas de cannabis producen material extremadamente fibroso en sus tallos. El cultivo comercial de cáñamo se basa principalmente en las cualidades fibrosas de la planta y en el aceite extraído de las semillas de cáñamo. Un jardín de cannabis totalmente femenino no producirá ninguna semilla, pero aún te quedarán grandes cantidades de tallos.
Puedes usar una astilladora de madera para romper los tallos y crear mantillo. A partir de aquí, puedes agregar este mantillo a tu pila de compost o devolverlo a tu jardín. El mantillo solo debe aplicarse en jardines con suelos vivos para garantizar que se descomponga con el tiempo y se convierta en alimento y en un nuevo hábitat para insectos beneficiosos. Ten en cuenta de nunca usar restos de ninguna planta que haya tenido enfermedades, ya que es probable que se propaguen por todo el jardín a través del mantillo.
Raíces: Té y Pomadas
Las raíces de cannabis no se reutilizan tan comúnmente como las hojas y los tallos, pero hay evidencia de que las raíces de marihuana se usan como medicamentos que se remontan al año 2700 AC. Las raíces de cannabis elaboradas se utilizaron históricamente para tratar el dolor, la gonorrea y la hemorragia durante los embarazos.
La mejor manera de preparar las raíces para uso medicinal es hervirlas para el té o secarlas y molerlas hasta convertirlas en polvo. Usando cualquiera de las preparaciones, puedes crear ungüentos mezclando el polvo o el líquido con aceites u otras soluciones.
Si te interesa elaborar tu propia crema terapéutica con cannabis, visita: “Receta Pomada Terapéutica de Marihuana”.
Tierra: suelos modificados para uso futuro
El suelo usado es la carga más grande que te queda después de la cosecha. Sin embargo, no es necesario eliminarlo. Una de las mejores maneras de ahorrar dinero en tu próximo cultivo es re-fertilizar el suelo que usaste anteriormente para que pueda albergar nuevamente plantas sanas y fuertes.
Para estar seguro de lo que falta en tu suelo, puedes comprar kits de prueba que te darán información detallada sobre qué nutrientes están disponibles o no en su suelo. En este punto, puedes comprar enmiendas premezcladas o personalizar tu mezcla con los nutrientes deseados. Independientemente del método que elijas, enmendar el suelo mantendrá felices a tus plantas mientras te ahorra dinero a largo plazo.
No olvides nunca añadir materia orgánica al suelo enmendado, en GreenFaculty tenemos una de las mejores: Faculty Organic.
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Fuente: https://www.leafly.com